Los Filósofos presocráticos
Los Filósofos
presocráticos
El origen de la filosofía griega se encuentra en un grupo de
filósofos llamados presocráticos, los cuales los más importantes fueron Tales
de Mileto, Anaximandro, Anaxímedes, Pitágoras, Heráclito, Parménides,
Empédocles, Anaxágoras y Demócrito.
Entre estos filósofos existen grandes diferencias, pero en
términos generales los presocráticos coincidieron en el intento de ofrecer una
explicación racional al universo, en lugar de hacerlo por medio de los mitos.
Tales de Mileto
(el rey de la sabiduria). Tales de Mileto, muerto en el 545 a.C., considerado
como uno de los siete sabios de Grecia, político, matemático y astrónomo,
asentó la primer tesis que podríamos llamar filosófica. A la pregunta que este
pensador trata de dar una respuesta racional, consiste en descubrir el
principio básico del que están constituidas todas las cosas, es decir, ¿Cuál es
el arje (principio) de la fysis (naturaleza). Tales de Mileto llega a la
conclusión que este principio básico esta en el agua, está quizá sea la primera
explicación racional sobre el mundo físico, sin hacer referencia al mundo
sobrenatural.
¿Pero por qué pensaba Tales de Mileto que el principio
básico era el agua? Aristóteles, nos dice que Tales de Mileto pensaba esto
debido a que: La tierra descansa sobre el agua.
· La humedad está en la nutrición de todas las cosas. El calor mismo es generado y conservado por
ella.
· Las semillas de todas las cosas son húmedas, y el agua es
la origen de la naturaleza de las cosas húmedas.
· Lo esencial es que anunció, por primera vez, la existencia
de una realidad natural objetiva, es decir, existente independientemente del
hombre, y que abrió de tal modo el camino a toda investigación científica.
Anaximandro. Nace
en los años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto, Asia Menor, y muere
aproximadamente en 546 a. C. Discípulo y continuador de Tales. Propone una
segunda explicación sobre el principio que constituye todas las cosas. Lo llama
el ápeiron, o lo indeterminado. En efecto, para que se pueda hablar de un
principio que compone todas las cosas, se requiere que ese principio no sea
ninguna de ellas; tiene que ser algo anterior a ellas, lo indeterminado. Esto
es por supuesto un avance con respecto a Tales. Lo ápeiron es eterno, siempre activo y semoviente. Esta sustancia, que
Anaximandro concibe como algo material, es "lo divino" que da origen
a todo. De Anaximandro se conserva este texto, que es el primero de la
filosofía y el primer texto en prosa de la Historia: "El principio (arjé)
de todas las cosas es lo indeterminado (ápeiron)".
Anaxímenes.
Pretende que el principio de todas las cosas debe ser algo sutil y amorfo, y
cree que es el aire, que envuelve a toda la Tierra, el principio del cual se
hacen todas las cosas. Fue discípulo y compañero de Anaximandro, coincidiendo
con él en que el principio de todas las cosas es infinito; aunque, a diferencia
del ápeiron de su mentor, nos habla
de un elemento concreto: el aire. Esta sustancia, afirmaba, se transforma en
las demás cosas a través de la rarefacción y la condensación. La rarefacción
genera el fuego, mientras que la condensación el viento, las nubes, el agua, la
tierra y las piedras; a partir de estas sustancias se crea el resto de las
cosas. Hasta aquí termina la tradición jónica ya que en el año 494 es destruida
la ciudad de Mileto, y con esto termina la serie de los primeros pensadores que
se dedican a responder a uno de los grandes problemas filosóficos, a saber:
¿Existe unidad en la variedad de todas las cosas? ¿Hay algo a partir de lo cual
todo se ha hecho?
Pitágoras.
Matemático y astrónomo, da origen al famoso teorema geométrico que lleva su
nombre, en filosofía, su tesis más importante es la que la esencia de las cosas
está en los números. Cada número simboliza algo; el número cuatro es la
justicia; los números pares son femeninos, y los impares masculinos. También
esta teoría va influir en platón. Obsérvese ahora que el principio o esencia de
las cosas ya no es un elemento material. Por primera vez se pretende explicar
la materia a partir de logo inmaterial, como es el número. Pitágoras nos dice,
en un sentido sensible, que la armonía era musical; y que pero su naturaleza
inteligible era de tipo numérico, y si todo esto era armonía, por lo tanto, el
número resultaba ser la esencia de todas las cosas. Fue primero en hablar de "teoría"
y de "filósofos", en postular el vacío, en canalizar el fervor
religioso en fervor intelectual, en usar la definición y en considerar que el
universo es una obra sólo descifrable a través de las matemáticas. Fueron los
pitagóricos los primeros en sostener la forma esférica de la tierra y postular
que esta, el sol y el resto de los planetas conocidos, no se encontraban en el
centro del universo, sino que giraban en torno a una fuerza simbolizada por el
número uno. También afirmaba que las almas eran inmortales y transmigraban, y
que conseguían su pureza a través del conocimiento y una serie de
prohibiciones. Pitágoras creía firmemente que había habitado en otros cuerpos
humanos de épocas anteriores.
Heráclito. De
Heráclito no se conoce sus fechas de nacimiento y muerte. Su apogeo tuvo lugar
por los años 504 - 501 a.C. Se le llamaba el Oscuro, por el estilo de sus
escritos, a base de metáforas, las más de las veces llenas de contradicciones.
Se dice que Heráclito era Melancólico y misántropo (la cuál es una tendencia
social y psicológica caracterizada por una antipatía general hacia la especie
humana). Es el filósofo del devenir, y de la tensión de los contrarios dentro
de la unidad. "Todo cambia" (panta rei), es la frase que se le
atribuye, como símbolo de su tesis, según la cual no hay nada en reposo. Nadie
se mete dos veces al mismo río. La esencia de las cosas es el fuego. La guerra
es la reina y la madre de todas las cosas. Sin embargo, explica que el devenir
está sujeto a una ley interna, el "Logos", que también se ha
interpretado como el Dios de Heráclito. La importancia de este autor está,
sobre todo, en el contraste con Parménides. Mientras que Heráclito insiste en
el devenir, Parménides va asentar con firmeza la tesis del ser único, inmutable
y eterno.
Parménides. Nace,
aproximadamente en el año 515 a.C. en Elea (también al sur de Italia). Conoce a
Sócrates e influye notablemente en el pensamiento de éste, y en el de Platón.
Escribe su filosofía en verso, y su poema se titula Sobre la Naturaleza.
Critica a Heráclito y se opone radicalmente a su tesis sobre el devenir. El
movimiento es calificado como una ilusión de los sentidos. El hallazgo de
Parménides es el ser. El ser es lo que es. Fuera del ser no hay nada. Pero
además, el ser tiene que ser uno, pues si hubiera otra cosa no podría estar
separado de ella por algo. El ser es eterno, pues no puede porvenir de nada,
También es inmóvil, pues no hay otra cosa en la cual se podría mover. Por otro
lado, Parménides identifica el pensar y el ser, con lo cual inicia el
movimiento idealista, que ya en Platón tiene un claro representante. Distingue
también la vía de la verdad, que es entendimiento, y la vía de la opinión
(doxa), que está en los sentidos.
Empédocles.
Empédocles lanza la tesis de los cuatro elementos o raíces de las cosas:
tierra, agua, aire, y fuego. Por diversas combinaciones de los cuatro elementos
se consigue la inmensa variedad de todas las cosas. Además, la evolución de la
materia está sujeta a dos fuerzas: el Amor y el Odio. Por atracciones y
repulsiones (así entiende el amor y el odio) es como se va originando todo
cuando existe.
Anaxágoras.
Anaxágoras de Clazomene (nacido hacia el año 500 a.C.) lleva a la filosofía a
Atenas. Sostiene que la materia está compuesta por homeomerías o gérmenes
(spérmata) y que el orden de las cosas está impuesto por una mente, o Nous. La
importancia de su pensamiento consiste, a pesar de su oscuridad y de las
diferentes interpretaciones a que ha dado lugar, distingue, por primera vez, el
dualismo de materia y espíritu. El espíritu, mente o Nous, es la inteligencia
ordenadora del caos original que estaba sometida la materia. A partir de este
momento, la Filosofía se va a lanzar decididamente por el camino de la
explicación supramaterial de la material.
Demócrito.
Demócrito de Abdera (460-370) está en el polo opuesto de Anaxágoras, por su
materialismo. Las cosas están compuestas de partículas indivisibles, llamada
átomos. Las diferencias cualitativas se explican por las diferentes
combinaciones cuantitativas de esos átomos. Demócrito no admite un principio
espiritual que rija el orden del mundo.
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