Los sofistas
El materialismo aplicado a la vida diaria inspiró la
filosofía de un grupo conocido como los sofistas, que surgió en el siglo V a.C.
Haciendo hincapié en la importancia de la percepción humana, sofistas como
Protágoras dudaban que la humanidad pudiera ser capaz de alcanzar nunca la
verdad objetiva a través de la razón, y defendían que el éxito material, en
lugar de la verdad, debía ser el propósito de la vida.
El termino Sofistas (del griego sophi, 'experto', 'maestro
artífice', 'hombre de sabiduría'), en su origen, es un nombre aplicado por los
antiguos griegos a los hombres eruditos, tales como los Siete Sabios de Grecia;
en el siglo V a.C., nombre que se daba a los maestros itinerantes que
proporcionaban instrucción en diversas ramas del conocimiento a cambio de unos
honorarios convenidos con antelación. Personas que compartían puntos de vista
filosóficos mucho más amplios que los de una escuela, los sofistas popularizaron
las ideas de varios filósofos anteriores; pero, basándose en su interpretación
de ese pensamiento filosófico anterior, casi todos ellos concluyeron afirmando
que la verdad y la moral eran en esencia materias opinables. Así, en sus
propias enseñanzas tendían a enfatizar formas de expresión persuasivas, como el
arte de la retórica, que facilitaba a
los discípulos técnicas útiles para alcanzar el éxito en la vida, en especial
en la vida pública. Los sofistas gozaron de popularidad durante un tiempo,
sobre todo en Atenas; sin embargo, su escepticismo de la verdad absoluta y la
moral suscitó a la postre fuertes críticas. Sócrates, Platón y Aristóteles
pusieron en tela de juicio los fundamentos filosóficos de las enseñanzas de los
sofistas. Platón y Aristóteles les censuraron por aceptar dinero. Más tarde,
fueron acusados por el Estado de carecer de moral. Como consecuencia, la
palabra sofista adquirió un significado despectivo, al igual que el moderno
término sofisma, que puede ser definido como astuto y engañoso o como
argumentación o razonamiento falsos. Los sofistas, considerando tan solo sabios de profesión, lograron tener gran influencia en la juventud griega ya que poseían gran dote de retórica y de dialéctica, poniendo en tela de juicio su finalidad intelectual como búsqueda de la verdad, puesto que se pusieron al servicio de sus discípulos y oyentes para que lograran un alto prestigio y así obtener jerarquía política, social y monetaria.
No obstante, diversas corrientes filosóficas han reivindicado el sofismo como un espíritu crítico, desde mediados del siglo XX. Autores tan dispares como Emil Michel Cioran, el español Fernando Savater y diversos teóricos del postmodernismo han elaborado el gran elogio doctrinal del sofismo. En último extremo, los sofistas fueron de importancia menor en el desarrollo histórico del pensamiento filosófico occidental. Fueron, sin embargo, los primeros en sistematizar la educación. Entre los principales sofistas del siglo IV a.C. destacan Protágoras, Gorgias, Hipias de Elide y Prodicus de Ceos.
No obstante, diversas corrientes filosóficas han reivindicado el sofismo como un espíritu crítico, desde mediados del siglo XX. Autores tan dispares como Emil Michel Cioran, el español Fernando Savater y diversos teóricos del postmodernismo han elaborado el gran elogio doctrinal del sofismo. En último extremo, los sofistas fueron de importancia menor en el desarrollo histórico del pensamiento filosófico occidental. Fueron, sin embargo, los primeros en sistematizar la educación. Entre los principales sofistas del siglo IV a.C. destacan Protágoras, Gorgias, Hipias de Elide y Prodicus de Ceos.
Protágoras (c.
480-c. 411 a.C.), filósofo griego, nacido en Abdera, Tracia. En el 445 a.C. se
estableció en Atenas, donde llegó a ser amigo del estadista Pericles y
consiguió gran fama como maestro y filósofo. Fue el primer pensador en llamarse
a sí mismo sofista y en enseñar a cambio de dinero, recibiendo grandes sumas de
sus alumnos. Enseñó gramática, retórica e interpretación de la poesía. Sus
obras principales, de las que sólo perduran algunos fragmentos, fueron
tituladas Verdad y Sobre los dioses. El fundamento de su reflexión fue la
doctrina de que nada es bueno o malo, verdadero o falso, de una forma
categórica y que cada persona es, por tanto, su propia autoridad última; esta
creencia se resume en su frase: "El hombre es la medida de todas las
cosas". Acusado de impiedad, Protágoras se exilió, pereciendo ahogado en
el transcurso de su viaje a Sicilia. Dos célebres diálogos de Platón, Teeteto y
Protágoras, rebatieron las doctrinas de Protágoras.
Gorgias (c.
485-c. 380 a.C.), retórico griego y filósofo sofista. Nacido en Leontini,
Sicilia, Gorgias ejerció como embajador en Atenas en el 427 a.C., donde más
tarde se estableció para practicar y enseñar el arte de la retórica. Como
retórico, fue de los primeros en introducir la cadencia en la prosa y en
utilizar lugares comunes en los argumentos. Es el personaje del título del
diálogo Gorgias de Platón, donde Sócrates discute sobre la retórica falsa y
verdadera, y sobre la retórica entendida como el arte de la adulación. La
filosofía de Gorgias es nihilista y está expresada en tres proposiciones: nada
existe; si algo existe, no puede ser conocido; si algo existe y puede ser
conocido, no puede ser comunicado. Las obras de Gorgias que han llegado hasta
nosotros son El elogio a Helena y La apología de Palamedes. Murió en Tesalia a
la edad de 105 años.
Comentarios
Publicar un comentario